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Estos cambios dieron a la empresa una extraordinaria vitalidad. Teníamos pro-
fesionales que han podido ocupar altos cargos y, además, hemos incorporado a
otros de fuera que se han integradomuy bien. Los directores generales no son de
la familia; es más, mi hijo Enrique trabaja para uno de ellos.
Modernizar la organización fue el paso previo a una política de diversi-
ficación de los mercados dentro y fuera de España. El grupo trabaja hoy en
La Rioja, Baleares, Cataluña, Madrid, Guadalajara, Albacete y Andalucía.
Participa en la construcción de una línea de metro en Dublín y, a través de
Stencofer, una empresa adquirida por nosotros en Portugal por su alta tec-
nología en el área ferroviaria, desarrolla proyectos en Lisboa, Oporto y el sur
de Portugal. Desde 2009 la enseña de ECISA ondea en Qatar: tres grandes
obras terminadas y otras tres en curso, incluyendo un gran hotel con una
inversión de 40 millones de euros y dos edificios del estado que suponen
80 millones de euros. ECISA ya tiene filial en Abu Dabi y desarrolla cua-
tro proyectos en Argelia y Marruecos. He estado en Qatar recientemente
y he venido encantado de ver lo que he visto allí. Hemos estado en bancos
qataríes, con clientes qataríes, con la administración pública qatarí, con la
satisfacción de comprobar que somos la primera empresa de construcción
española en el país. Ya tenemos obras públicas entregadas y eso nos ha dado
mucho aval para poder hacer más obras públicas para Qatar Foundation, un
organismo público del gobierno.
Al exterior siempre hay que ir con prudencia y con dinero, no solo con
ideas. La vocación de permanencia es fundamental y, por eso, hay que crear
fuera organizaciones específicas para atender las necesidades de esos mer-
cados. Si a mí me cuentan esto diez años antes, me hubiera preguntado ¡qué
hacemos nosotros en el exterior, si no tenemos tamaño para eso! Y he de re-
conocer que el camino abierto por las empresas cotizadas españolas, que son
un ejemplo nacional, nos animó y nos inspiró para dar ese paso al exterior que,
afortunadamente, se ha convertido en una hermosa realidad.
Manuel Peláez, tras más de 45 años de experiencia empresarial, cree que la eco-
nomía española saldrá beneficiada de esta crisis.
Tenemos unos años muy complicados en el sector de la construcción pero lo
superaremos. Creo en dos cosas importantes: primera, que la Unión Europea
es incuestionable y la fuerza del euro acabará imponiéndose; segunda, que las
familias seguirán necesitando casas y nuestro país infraestructuras. La activi-
dad volverá aunque ahora estemos de capa caída.
El empresario no puede desanimarse. Es un lujo que no podemos permitir-
nos. ¿Cómo vamos a presentarnos con desánimo ante nuestros equipos, ante
nuestros profesionales? ¿O delante de nuestros clientes y proveedores dicien-
do con pesimismo que esto no hay quien lo arregle? No cabe el desánimo. Otra
cosa es que, en un momento como este, tengamos que afinar más que nunca
nuestras herramientas de gestión. Por ejemplo, el sistema de cobros. ECISA
siempre ha tratado de cobrar sus proyectos lo antes posible. Esto resulta rela-
tivamente más fácil en el ámbito del sector privado. Pero cuando se hace obra
pública, como nosotros a partir de 1984, la administración te paga con certifi-
caciones al mes y luego cobras unos días después cuando te dan el visto bueno
a la certificación. Con el cliente privado puedes establecer las reglas. Llegamos
a implantar en algunos contratos un sistema de cobro por planta terminada,
lo que nos permitía ingresar prácticamente cada semana. Para eso hay que ser
muy innovador. En su día, este sistema fue muy novedoso en el sector.
Y la otra cuestión fundamental: hay que reinvertir beneficios. Los bene-
ficios que obtengas los inviertes. Hay que tenerlo muy claro. Algunos em-
presarios solo esperan los beneficios para llevárselos, tienen urgencia en
disponer de ellos, y hay veces que se cae en la trampa de vivir por encima de
tus posibilidades…
Un factor muy importante para las empresas es la relación con las entida-
des financieras. Hay que convivir con ellas. Siempre he tenido una excelente
relación con los banqueros. No he tenido enmi vida unmal gesto con un banco.
Cuando un banco, por lo que sea, no te atiende bien o no se porta bien contigo,
o se olvida de las relaciones de muchos años, no tienes más remedio que poner
buena cara y esperar a que cambien las cosas. Por tanto, con las entidades fi-
nancieras hay que procurar tener unas excelentes relaciones. No hay que olvi-
darlo: el empresario tiene muy limitados sus recursos y no hay empresa que se
desarrolle sin el apoyo de las entidades financieras y de los proveedores.
Los proveedores también dan mucho crédito a las empresas. Cada año o dos
años nos reunimos con los proveedores y les decimos cómo vamos, el volumen
de negocio, y las previsiones que tenemos para el año siguiente. Nos lo agrade-
cen mucho porque ellos ven cuál puede ser el futuro, porque somos clientes, so-
mos gente muy estable con los proveedores. Hay que alcanzar un alto grado de
intensidad en la relación con los proveedores. No tratar bien a los proveedores
Un sueño cumplido
Manuel Peláez castillo | ECISA Corporación Empresarial
