Los que dejan huella - 20 historias de éxito empresarial - page 244-245

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Estos conceptos, esta filosofía, la trabajábamos mucho en las campañas
de comunicación y para lograr la máxima proximidad con nuestra gente,
incluso en ámbitos estratégicos, desarrollo de marca… El mundo de la cer-
veza es muy marquista y por lo tanto está todo muy próximo. Debatíamos
sobre cómo crecer y mi percepción, muy clara, era que no podíamos es-
tar abocados permanentemente a defendernos. Hoy en día es fácil ver eso,
pero claro, estamos hablando de una época en la que solo hacíamos cerveza,
y solo vendíamos en Galicia y, además, solo teníamos una marca. Hoy nos
apoyamos en más…
Evitar una excesiva dispersión nos ha dado mucha fortaleza. Teníamos una
cerveza, un solomercado provincial y estábamos muy centrados en hacer el lú-
pulo. En el sur de Galicia habían cerrado San Martín, de Orense, y Skol Unión
Cervecera en Vigo. En ese escenario, teníamos que decidir: ¿qué hacer?, ¿ha-
cer algo más que defendernos?, ¿hacerlo con un solo producto? No oculto que,
en ese momento, pensábamos: “¡Cuidado, que nos van a acabar comiendo!”.
Así que decidimos salir de Galicia. Lo decidimos casi a la heroica. Cuando nos
planteamos cómo salir, todos los consultores nos aconsejaban: “Bueno, pero
ni se os ocurra salir con el nombre de Estrella Galicia. ¿Cómo vas a vender
Estrella Galicia?”. Entonces todavía había bastante atomización en marcas
y en compañías. No les hicimos caso, básicamente por autoestima y por una
cuestión, ahí sí, defensiva de sentimiento de compañía. Salir fuera disimulan-
do nuestro nombre habría supuesto empezar a perder algo en nuestra tierra.
Disimular equivalía a perder una oportunidad para crecer y fortalecernos,
porque a largo plazo era una grieta de debilidad en nuestra propia fortaleza en
Galicia. Si tú mismo no crees en lo tuyo y si, además, de lo que presumes es de
tu origen… No tendría ningún sentido.
Siempre hemos actuado a la gallega, es decir, siempre hemos ido conGalicia
por delante, para lo bueno y para lo malo, en el riesgo y en las muchas ventajas
que tiene llevar a Galicia en la frente, sea por cuestiones propias o ajenas.
El cambio fue muy paulatino y fruto del trabajo en equipo. En mi caso, y
en el de los cinco familiares que trabajábamos en la empresa, todos primos,
empezamos en una curva de experiencia personal y profesional. Lo primero
que hicimos fue conocer y aprender lo que era el biorritmo de la empresa, los
distintos mecanismos, lo que es el mundo ya no de la cerveza sino el de Hijos
de Rivera o de Estrella Galicia, obviamente, desde dentro, un recorrido en el
que estuvimos diez años aprendiendo el negocio desde distintas áreas.
José María Rivera conoce cada rincón de la empresa. Su formación jurídica –
es licenciado en Derecho– le ha permitido conocer la sociedad a través del hilo
conductor de los contratos y después de pasar por todas las áreas de actividad.
Y reconoce en su primo Ignacio una vocación muy definida hacia el marketing,
el desarrollo de marcas, el comercio y el mercado.
Las primeras pruebas fuera de Galicia comenzaron en 1993, en Portugal y
Madrid. Visto con la perspectiva del tiempo, fue un ejercicio de prueba de
nuestras propias capacidades, no las personales sino las de la compañía.
Siempre hemos trabajado con un profundo respeto hacia la empresa. Una
de las virtudes que tenemos en la familia, es que jamás nadie dijo: “Aquí llego
yo, ¡apártense!”. Estoy aquí como otros muchos, compartiendo la actitud que
tenemos hacia el negocio: primero de conocimiento, luego de experiencia, y
después, evidentemente, de toma de decisiones y de riesgo. Porque, sin duda
alguna, sin riesgo y sin audacia las empresas no sobreviven. Tarde o temprano
acaban desapareciendo, y las empresas familiares todavía más, porque siem-
pre hay muchos más motivos para no hacer las cosas que para hacerlas.
A principios de los 90 hicimos los primeros análisis y estudios de las ca-
pacidades y, fundamentalmente, de la ausencia de capacidades que tenía to-
davía nuestra empresa, para poder así romper las barreras históricas y natu-
rales, y cambiarlas.
Las primeras iniciativas para salir al mercado en esos años coincidieron
también con las primeras experiencias en diversificación en cerveza: fue cuan-
do relanzamos la 1906
.
Suelo decir que cuando alguien hace algo por primera
vez se acuerda de todo. Recuerdo perfectamente el 11 de mayo de 1993, cuando
sacamos la 1906 para reinventar nuestra propia oferta de cervezas con un pro-
ducto de muy alta calidad, muy de segmento, muy
premium
, conceptos que 19
años después son los que están triunfando en el mundo de la cerveza.
Hace 19 años pensar en una cerveza extra, de unas características espe-
ciales, en un mercado dominado por una marca que tenía una cerveza muy
reconocida en esa categoría, y el hecho de que nos hubiésemos anticipado a
intuir que había un hueco en ese segmento, era visto como un ejercicio casi
de laboratorio o casi de alquimista. “Hago una cerveza extra porque sé hacer
una cerveza extra”. Nosotros lo vimos como una oportunidad muy importante
para crear valor. El nombre 1906 es algo más que un nombre simpático, re-
fleja una vocación por aportar a nuestros productos siempre parte de nuestra
José María Rivera trallero | Estrella Galicia
GALICIA TIENE UNA ESTRELLA GLOBAL
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