Los que dejan huella - 20 historias de éxito empresarial - page 304-305

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toque sea a las personas. En alguna ocasión llegamos a pedir rebajas voluntarias
del sueldo para no tener que prescindir de empleo.
Solo exigimos que se trabaje de un modo metódico. Creo mucho en el tra-
bajo metódico. El mercado es, en cierto modo, muy propenso a la volatilidad y al
caos, genera mucha inestabilidad y procuramos trabajar con mucho método. En
épocas de mucha alteración en los mercados, pedimos a nuestros profesionales
que no estén tanto en la pantalla y que trabajen más pendientes de la cartera del
cliente que de cómo se mueve el mercado, porque eso al final te altera mucho. No
se trata de ser el más brillante del mundo sino de trabajar muy metódicamente y
eso se lo hemos inculcado mucho a la gente. Incluso en la propia página web los
mecanismos sonmuy estandarizados: cada semana o cada día hay unos comenta-
rios, unas propuestas, una descripción de productosmuymetódica para que el co-
mercial pueda trabajar con su cliente. Nos ha funcionado bien: aquí las personas
son muy constantes, muy disciplinadas, no se desfondan y, eso, es fundamental.
Juan Carlos Ureta es un lector impenitente que viaja siempre con un libro en su
cartera. Apasionado del mar, la pesca y el senderismo, en busca del equilibrio per-
sonal, bebe en la experiencia de la historia antigua y la vida de Roma. Convencido
de que en la historia se aprende todo, incluso la gestión de inversiones, es capaz
de encontrar paralelismos entre el auge y caída de los césares y la crisis actual.
Los libros y la historia le dicen que detrás de un buen inversor hay un gran lector.
Como todo en la vida, el equilibrio personal se logra trabajándolo. Este nego-
cio requiere muchas horas, con funciones directivas muy absorbentes. A cam-
bio, te permite mayor libertad: uno puede trabajar muy bien desde una casa
de veraneo porque no es un trabajo que requiera una presencia física, muchas
veces es leer un informe, unos números, analizar cómo va la compañía. Pero
hay que trabajar mucho para compatibilizar tu trabajo con tu familia, con tus
momentos de ocio. El equilibrio hay que saber trabajarlo y tener la voluntad
de trabajarlo. Hay que intentar poner cada cosa en su sitio, aprender a convivir
con la tensión… Es un aprendizaje muy importante con la familia y con el equi-
po, porque a veces tiendes a echar la culpa al equipo por cosas que el equipo no
tiene la culpa. No se puede culpar a nadie de cosas que ocurren en unos merca-
dos con un nivel de imprevisibilidad tremendo.
Todo esto supone una tarea constante, permanente, que forma parte de
esos intangibles que hay que aprender a trabajar en la práctica en el día a día.
A veces, ese problema lo ves mejor en otro que en ti. Es ahí cuando tienes que
aprender, cuando alguien desata una tensión y ves que se está equivocando. Son
cosas que forman parte del aprendizaje de toda persona con responsabilidades
altas en cualquier ámbito. Es la parte más difícil pero más importante. Los que
tenemos formación jurídica estamos un poco mejor preparados para ponernos
en el otro lado, ver la situación desde otra perspectiva. Es muy importante.
Las aficiones ayudan también a ese equilibrio. Yo me he aficionado al fútbol
por mis hijos. En teoría, como buen bilbaíno, era del Athletic. Me sigue gustan-
do el Athletic, pero ahora soy del Real Madrid, desde que mi hijo con cinco años
ya llevaba la camiseta de Raúl. El fútbol es además un
hobby
muy interesante
porque me permite estar bastante tiempo con mis hijos. Me gusta el excursio-
nismo. Nunca he practicado la escalada pero mi padre era un gran montañero
y a mí me encanta andar. No he logrado coger el gusanillo del golf ni el de la
caza, prefiero la montaña y el mar. Pero mi gran afición de verdad es la lectura.
Siempre tengo algún clásico en cartera. Un historiador que me hace disfru-
tar es Niall Ferguson, autor de
Civilización.
Hace un año Ferguson me impre-
sionó con su
The Ascent of Money
, un ensayo sobre la historia del dinero que es
fundamental para entender esta crisis. Suelo releer algunos de mis favoritos,
por ejemplo,
La vida de los doce césares
, de Suetonio, una joya, y por supuesto,
ni un verano sin
El principio de Peter,
de Laurence J. Peter, otro de mis clásicos
de bolsillo. Hace tiempo que quiero enfrentarme a
Las memorias de ultratum-
ba
, de Chateaubriand, un autor que me interesa mucho. La historia de Roma
me atrae muchísimo. Por ejemplo,
La vida de los doce césares
es en mi opinión
el libro que mejor describe la vida de Augusto, un emperador muy poco cono-
cido pero de una gran magnitud histórica.
En estos libros se aprende todo. En la historia se aprende todo. Había un fa-
moso inversor, Graham, considerado el padre de la “inversión de valor”, al que
uno de sus discípulos le preguntó: “¿Qué debo hacer para ser un buen inversor,
para ser un buen gestor de inversiones?”. Graham le dijo: “Simplemente, lee
mucha historia y muchas biografías”. Nada más. La historia es muy importante
para entender bien la gestión de inversiones. Ferguson me ayudó a entender
un poco mejor esta crisis financiera y monetaria. En la historia de Roma está
todo y es especialmente rica para estudiarla. Por ejemplo, se puede ver perfec-
tamente cómo ese cuerpo vivo que es Roma entra en crisis y tiene capacidad de
volver a recuperarse económicamente y volver a ser importante. Es impresio-
nante y a la vez muy instructivo.
JUAN CARLOS URETA DOMINGO | RENTA 4
EL CLIENTE Y LA HISTORIA INDICAN LA DIRECCIÓN
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