Los que dejan huella - 20 historias de éxito empresarial - page 312-313

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aunque siempre vinculada a Uriach. La apuesta por la investigación fue un
cambio muy importante en la estructura de la empresa, el embrión futuro de
la industria farmacéutica. Esto permitió crear una industria nacional: dejamos
de lado las exclusivas y las licencias para centrarnos en productos propios; lan-
zamos algunas especialidades, muy bien publicitadas, que tuvieron un enorme
éxito en el mercado, como la famosa Biodramina.
Recuerdo que un día, en casa, se planteó un debate. Los más jóvenes, que
habíamos leído revistas y películas francesas y norteamericanas, sabíamos que
había un producto para los mareos y que lo tenían en secreto. El producto ha-
bía nacido porque los soldados aliados, cuando desembarcaban en sitios como,
por ejemplo, Normandía, si bajaban mareados o vomitaban, no se podían de-
fender y eran carne de cañón…
España en aquellos años tenía muy malas carreteras. Desde Barcelona a
Valencia tardábamos un mínimo de cuatro o cinco horas, con carreteras llenas
de curvas, mal peraltadas… Todo el mundo se mareaba. Y además había llegado
el Seat 600, donde se metía toda la familia, y lo más probable era que alguno
acabase mareándose o vomitando. Había que solucionar eso. Fue cuando nació
la Biodramina antimareos.
También lanzamos Nico-Hepatocyn (regulador del hígado y laxante) y
Bio-Digest (que regulaba el aparato digestivo infantil). Con esta nueva orien-
tación, el negocio fue creciendo hasta que se comprobó que con las estructuras
existentes (las oficinas en la calle Bruch y el laboratorio de Degà Bahí) no era
posible pasar a un nivel más elevado. De esta manera, se pidió al arquitecto
Ribas i Piera que erigiera un nuevo complejo centrado en la investigación y,
a principios de los años 60, se inauguró en la calle Degà Bahí, antigua sede a
principios de siglo, el centro de investigación Uriach unificado.
En este periodo accede a trabajar en la empresa la cuarta generación. Joan
Uriach Marsal será el primer Doctor en Farmacia en alcanzar la presidencia.
Con esta incorporación, la orientación investigadora se acentuó aún más y se
sintetizaron nuevas sustancias que permitieron la producción de nuevos y me-
jores medicamentos.
Uriach i Tey, mi padre, se casó con Mercedes Marsal y tuvieron tres hijos: yo,
que heredé el negocio, y mis dos hermanas, Mercedes y Matilde. Somos la
cuarta generación, y la quinta son mis hijos, los Uriach Torelló.
Nada más terminar la carrera de Farmacia en Barcelona, en 1955, me puse
a trabajar inmediatamente en la empresa. Siempre me había gustado estudiar
y tuve la suerte de que me dieran el Premio Extraordinario de Fin de Carrera.
Cuando entré a trabajar, mi padre me dijo: “Tienes que ser doctor”. Creo que
se equivocó, porque el doctorado podría haberlo hecho poco a poco, pero él
dijo: “Cuanto antes mejor”. Viajé a Madrid, contacté con varios profesores
e hice el doctorado (de hecho, muchos me llaman “el doctor Biodramina”).
También recuerdo que en aquella época me parecía mucho al jugador de fút-
bol Kubala. Me hicieron una entrevista en el bar La Elipa de la calle Alcalá,
que ya no existe, para una revista que se llamaba
Farmacia Nueva
y me llama-
ban “el Kubala de la farmacia”.
En Madrid me fue bien, progresé poco a poco con las relaciones públicas y
profundicé en contenidos que me llevaron a impulsar la investigación; algo que
para mí es clave, porque creo en ella y en nuestra empresa ha sido algo funda-
mental. Nosotros hemos sido los impulsores de una investigación muy rigurosa
que ha elevado el nivel medio. Un ejemplo es la comercialización, en la década
de los 80, de Disgren (triflusal), molécula de investigación propia, que llegó a
ser un antitrombótico de referencia dentro del mercado de los antiagregantes
plaquetarios. Otros productos de investigación propia fueron: flutrimazol (an-
timicótico), glisentida (antidiabético oral), brovanexina (mucolítico) y flupa-
mesona (corticoide tópico).
Joan Uriach Marsal, a lo largo de su trayectoria profesional, ha desarrollado
una gran labor científica y cultural. Miembro de varias academias de medici-
na y farmacia en España, Francia y México, ha sido el principal impulsor de la
Fundación Uriach, que desarrolla y premia trabajos en la investigación y divul-
gación científica.
En aquellos años, al lado de su padre, Joan Uriach Marsal puso en marcha
el primer departamento de I+D –uno de los primeros en España– y poco después
creó la filial Urquima para comercializar estos nuevos productos a escala indus-
trial. Al mismo tiempo comenzó a establecer colaboraciones con laboratorios ex-
tranjeros, abriendo una primera delegación en Lisboa que les sirvió de platafor-
ma para explorar los mercados latinoamericanos.
Después del doctorado, mi padre me envió al extranjero. No precisamen-
te a aprender inglés, que es una laguna que tengo; hablo francés e italiano
JOAN URIACH MARSAL | CORPORACIÓN URIACH
LAS EMPRESAS TIENEN QUE TENER CARA, OJOS Y OÍDOS
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