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empresas. Estas veinte historias rezuman compromiso y, como diría uno de sus
protagonistas, Enrique de Sendagorta, “
afecto a la empresa”.
Ahora, cuando tan necesitada está la sociedad de reivindicar a los empresa-
rios, los actores de estas 20 historias de éxito exhiben con orgullo, cada uno a su
manera, el valor del compromiso: el compromiso social, el de cumplir con sus
obligaciones legales, el de entender la empresa como un centro de generación
de nuevas ideas, de innovación, de cambio continuo, o el de llevar una vida co-
herente y dar con su ejemplo testimonio de sobriedad y de cariño por las cosas
bien hechas. Javier Echevarría, en su reciente libro
“Dirigir empresas con sentido
cristiano”
afirma que
“más allá de los proyectos ambiciosos y de la consecución de grandes
beneficios, lo más importante en una empresa se concreta en promover el bien de las personas que
allí despliegan su actividad o mantienen relaciones más o menos estrechas con esa iniciativa”
.
Todo lo que sea ir más allá es trascender, entregar a los sucesores las llaves
del éxito, exhibir el sentido de pertenencia y perpetuar la empresa por encima
de los personalismos. Estas personas, estos empresarios, nos reconcilian con los
valores humanos del esfuerzo, la constancia, el sacrificio, el sano inconformismo,
la capacidad para transformar el entorno, para mejorar la sociedad y aspirar a
un futuro mejor. Deberíamos aprender a caminar junto a
“Los que dejan huella”
porque, al final, las huellas de los que caminan juntos nunca se borran.
Agradezco a John Scott, presidente de KPMG, y a Roberto Bodegas, respon-
sable de Marketing y Comunicación, la confianza en mi trabajo al exponer estos
veinte ejemplos de relevante liderazgo empresarial y personal. Gracias a Miguel
Ducay por su constante desvelo para llevar a buen puerto el proyecto. Gracias
también a Ana López Oliver y a Clara Martínez Ripoll, por su sólido apoyo
en los trabajos de edición. A Fernando López, un maestro del fotoperiodismo
económico, por su capacidad para transmitir en las imágenes el espíritu y los va-
lores de los protagonistas del libro. Y, cómo no, gracias a los entrevistados por su
paciencia, por su ejemplo y por abrirnos las puertas de su intimidad empresarial.
Con su ejemplo nos invitan a seguir sus huellas.
Jesús Martínez de Rioja Vázquez