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qué medida podemos mejorar lo existente. Los japoneses han actuado así toda
la vida, los coreanos lo están haciendo, lo hace todo el mundo… Un ejemplo
claro de esta manera de actuar es el de los techos, un segmento en el que somos
líderes. Los primeros techos que fabricamos eran básicamente de fieltro, de
residuos textiles mezclados con resinas fenólicas, que se moldeaban, se confor-
maban, y después se vestían. Esa tecnología tenía puntos débiles: la consistencia,
la duración… Nos enteramos de que en Francia había alguien que empezaba a
fabricar techos con espumas, y dijimos: ¿Veamos qué podemos hacer? Nos pu-
simos en contacto con los fabricantes de espuma, con los grandes dominadores
de la tecnología química: Bayer, BASF… Así iniciamos una nueva tecnología,
que suponía un cambio revolucionario con respecto a lo que se producía hasta el
momento y nos abrió la puerta para liderar este mercado a nivel global.
De hecho, así fue como conquistamos el mercado americano. Un día, un
directivo de GM nos llamó y nos dijo:
“Venid aquí mañana, ¡pero mañana!, ¡porque con
vuestra tecnología os coméis el mercado americano en tres días!”.
Y tuvo razón. Por aque-
llos días, el mercado americano hacía todos los techos básicamente en fibra de
vidrio, una tecnología que nosotros ya estábamos abandonando. Nos llevamos
el mercado por delante. Empezamos con General Motors y en este momento
el cliente más grande era Ford. Comenzamos a ganar terreno en América y, a
partir de ahí, en todas partes.
El Grupo investiga y crea tecnología en muchos lugares pero aquí, en Bur-
gos, está el núcleo central de nuestra I+D+i. En Detroit, por ejemplo, tenemos
a 130 personas trabajando básicamente en tecnología, como en Alemania y en
Japón. Pero las ideas centrales y las ideas sobre líneas de investigación salen de
aquí. Fuera hacemos más “D” (desarrollo), otra fuente de generación de ideas
que también se estudian aquí, en el centro de validación de las tecnologías. Aquí
está el centro donde se conciben las cosas a nivel teórico y, en otros centros, se
materializan esas ideas, se hacen productivas y se validan las investigaciones.
Con todos los clientes hacemos ejercicios de avance tecnológico: les mos-
tramos nuestras ideas, ellos nos exponen las suyas, y mantenemos reuniones
muy prácticas en las que compartimos experiencias y conocimientos. Aquí
vienen los técnicos más importantes de Ford, de General Motors o de cual-
quier otro fabricante y en uno o dos días revisamos mutuamente nuestras
tecnologías de futuro.