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Clemente González Soler. Alibérico
CÓMO FRAGUAR LA EXCELECIA DE UNA MARCA
A Tajani, el antiguo comisario europeo de Industria, le dije en cierta oca-
sión:
“Queréis que el 20% del PIB europeo provenga de la producción industrial, pero no
estáis haciendo nada por arreglarlo”.
-
¿Por qué dices eso?
, me preguntó.
-
Le ponéis un arancel del 6% a los productos chinos de aluminio, ¡el 6%! Y mientras
tanto el Gobierno chino subvenciona esos mismos productos, desde la elaboración a la
exportación, con un 12%. ¡No tiene sentido! Si una empresa china produce a 100, y su
Gobierno le ayuda con 12, eso le permite vender a 88. Frente a eso, la Unión Europea,
grava esas importaciones con un arancel del 6%, cuando tendría que ser ¡del 25 al 30%!
Además, no tenéis en cuenta que la legislación que se exige a las empresas comunitarias
en medio ambiente y otros aspectos nada tiene nada que ver con lo exigido a las empresas
chinas. Lo primero que habría que hacer es ponernos en igualdad de condiciones.
Se lo he dicho a los políticos:
“Competir no es una cuestión exclusiva de costes.
Depende de tres factores y solo uno es responsabilidad de la empresa: la productividad.
Tanto la divisa como el entorno son ajenos a nuestras decisiones”
. El presidente del
Deutsche Bank dijo en 2013 que las empresas alemanas estaban preparadas
para competir con un euro a 1,90, cuando el rango favorable para nuestras
exportaciones debería situarse en el entorno de 1,15 y 1,20. Solo cuando
le vieron las orejas al lobo forzaron una devaluación. Y lo mismo ocurre
con los impuestos: soportamos un 50% más de gastos en impuestos sobre el
trabajo, porque la seguridad social es un impuesto sobre el trabajo. Por este
concepto pagamos un 30%, mientras la media europea se sitúa en un 20%.
¿Por qué la empresa española tiene que pagar 10 puntos más? Exportar un
contenedor desde España exige cinco trámites administrativos. El mismo
contenedor expedido desde Francia, solo tres, y desde Suecia, dos. Y eso
sin contar con que en cada comunidad autónoma la legislación es distinta.
¡Realmente, el marco para la empresa es muy complicado! Si este mismo
análisis lo hacemos en términos de costes, resulta que exportar un contene-
dor desde España nos supone, solo en trámites administrativos, una carga
de 1.050 euros por unidad, y en Francia, algo más de 100 euros. Este tipo
de cosas son las que te hacen ser competitivo. Tenemos la mejor tecnología
del mundo, un equipo de gente fantástico, producimos por persona más
que cualquier otro competidor, pero después, cuando vamos a salir fuera
con nuestros productos, nos fríen a impuestos, nos machacan con temas