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administrativos y dejamos de ser competitivos. Me gustaría que los políticos
fueran más sensibles a estos temas, que fuesen capaces de vivir estas situacio-
nes desde dentro y estuvieran más cerca del empresario.
La antítesis de este escenario que acabo de describir la hemos encontrado en
Estados Unidos. En 2011 compramos una fábrica de nuestro sector en Carolina
del Sur. En un principio, la empresa nos había pedido ayuda tecnológica; algo
inviable, porque nosotros no vendemos tecnología. Así que les hicimos una ofer-
ta por el 100% del capital. Cerramos la compra en septiembre, y esta compañía,
que en ese momento estaba en serias dificultades, duplica cada año las ventas
y está en beneficios. Cambiamos la tecnología, implantamos nuestros procedi-
mientos, mejoramos toda la fábrica, contratamos un nuevo gerente…
La gobernadora del Estado, Nikky Haley, me llamó un día y me invitó a
desayunar a las 8:00 de la mañana en su casa. También acudió el equivalen-
te al consejero de Economía. Así arrancó la gobernadora la conversación:
“Lo primero, quiero que tengas clara una cosa: soy tu primera empleada en Carolina del
Sur. Tú pagas aquí tus impuestos y mi responsabilidad es solucionarte todos los problemas
que tengas. Este es mi teléfono móvil y puedes llamarme las 24 horas del día cuando ten-
gas algún problema.”
¿Alguna vez hemos oído algo igual en nuestro país? Les
sugerí una visita a nuestras fábricas en España y, a la semana siguiente, el
consejero y dos personas más ya tenían programado el viaje. Como tengo
amigos empresarios en España, la gobernadora me pidió que le ayudara a
organizar algunas reuniones con el objetivo de captar nuevas inversiones
para Carolina del Sur.
Organizamos 22 reuniones en una semana, y de allí salieron varios pro-
yectos de inversión de empresas españolas. ¡Lo que dio de sí aquel desayuno
de hora y media! Por desgracia, las cosas en España son muy diferentes. Para
preocuparse por la industria, hay que vivirla desde dentro o estar muy cerca
de su realidad.
Junto al fundador, trabajan sus dos hijas. La mayor, Inma,
estudió en Cunef y, después de cuatro años de experiencia en
el sector financiero e inmobiliario, se incorporó a Alibérico.
La responsable de Marketing es María, experta en Marketing
Digital. Estudió Empresariales y Marketing en Madrid, y