Previous Page  4 / 18 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 4 / 18 Next Page
Page Background

19

Los orígenes del Grupo se remontan al año 1950.

Mi padre, Ave-

lino Antolín López, abrió un pequeño taller de reparación de vehículos y ma-

quinaria agrícola en el que le ayudábamos mi hermano Avelino y yo. Con un

par de tornos y medios muy limitados, fabricábamos piezas de repuesto que se

necesitaban para la reparación de vehículos industriales (camiones) y agrícolas.

El esfuerzo y la capacidad para inventar nos llevó a patentar una rótula de direc-

ción de caucho-metal mediante la inclusión de una pieza de caucho dentro de la

rótula, lo que permitía alargar la vida del componente. Aquel invento permitió

solucionar importantes problemas de seguridad en la dirección de los vehículos.

En 1959 creamos Ansa, de Antolín y Saeta, para fabricar rótulas de dirección y

suspensión. En 1967 comenzamos a fabricar guarnecidos y otros accesorios para

el automóvil y barajamos la posibilidad de hacer las rótulas para los primeros

vehículos que se montaron en España, pero ya no como recambio sino en serie.

Viajamos Avelino y yo hasta Alemania para visitar al fabricante más importante

que había en ese momento en Europa haciendo ese tipo de piezas, la empresa Le-

mförder. Regresamos a España con un contrato para montar en Burgos en 1968

una fábrica de rótulas Ansa-Lemförder, en la que nosotros teníamos la mayoría.

Ahí comenzó nuestra estrategia de diversificación de productos, compran-

do más licencias para fabricar piezas del interior de los coches, como elevalu-

nas y cerraduras. La alianza con los alemanes funcionó muy bien, sobre todo

en materia de calidad. La rótula de dirección y suspensión es una pieza de alto

riesgo: en un vehículo, si se rompe una rótula, el vehículo se va a la cuneta. Era

una pieza clave muy demandada que fabricamos con una magnífica calidad,

tan buena que incluso presumíamos de tener mejores ratios de calidad en las

piezas hechas en España que en las fabricadas en Alemania. Eso generó una

enorme confianza de los fabricantes que se instalaban en España y que cada

día eran más. Barreiros compró las primeras rótulas para sus camiones. Des-

pués, fabricamos para Seat. Posteriormente, suministramos a Renault, a Ford,

y a todas las marcas que fueron viniendo al país.

Esa magnífica imagen de calidad nos abrió otras puertas. Los fabricantes

de camiones nos decían: “

Además de hacer rótulas ¿por qué no me haces un panel de

puertas?

–que es una cosa que no tiene nada que ver–

¿o un elevalunas?

–que tam-

bién es otra cosa que no tiene nada que ver–

¿o distintos productos dentro del vehícu-

lo?

…”. Eran los años en que los fabricantes que se instalaban en España estaban