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clásica y la melódica, la lectura de los periódicos y viajar con los ojos bien abier-
tos, prestando mucha atención a las cosas susceptibles de aplicar y mejorar en sus
actividades empresariales.
Cuando viajaba, o cuando viajo hoy en día, intento prestar mucha atención a
lo que se hace en otros lugares. Es mi forma de aprender. Luego, lo comento
con mi gente y, si la idea es viable, la desarrollamos. Por supuesto, valoramos
el componente riesgo, ya que el riesgo es algo consustancial con el empresario.
Siempre hay que tener ilusión y tenacidad, siempre, sin desmayo, para me-
jorar poco a poco la calidad de los productos que fabricamos o de los servicios
que prestamos a los ciudadanos, con la mentalidad de que se pueden hacer las
cosas mucho mejor. Tener esta mentalidad no es fácil, pero la satisfacción del
éxito cuando el proyecto se convierte en realidad es enorme.
LA FUERZA DE LA ILUSIÓN Y LA TENACIDAD
