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para las zonas de su entorno. Ejemplos: El Pozo, en Alhama; Porcelanosa, en
Villareal; Pascual, en Aranda de Duero. Son empresas que cuentan mucho y no
son estatales ni han surgido de grandes conglomerados. Somos empresarios que
disfrutamos con el éxito en nuestra casa, en nuestra tierra, y compartiéndolo
con nuestra gente. Por eso, yo he defendido con ahínco que, cuando se hace un
plan de urbanismo, debe existir una pequeña zona industrial, porque al panade-
ro le gusta montar la panadería en su pueblo, para que le reconozcan, y no en el
pueblo de al lado. Aquí, en España, muchas veces montar una industria ha sido
un deseo imposible…
Francisco tiene su propio diagnóstico sobre la crisis. Por encima de las pérdidas
económicas, considera que el problema más grave es que se ha perdido mucha
sangre valiosa de emprendedores.
España era el mejor mercado del mundo y se ganaba mucho dinero. En esas
circunstancias, ¿por qué te vas a complicar la vida? ¿Para qué ibas a salir a los
mercados de fuera? Si sabías que, vendiendo un solar, ganabas mucho dinero,
para qué ibas a cargar con 300 trabajadores. Es una lástima la cantidad de bue-
nos empresarios que hemos perdido y que habrían hecho un gran papel fuera de
nuestras fronteras. Ahora decimos: “Hay que salir fuera”, pero eso cuesta tiem-
po y dinero. No se puede salir mañana. Nosotros empezamos a salir en 1992. En
1998 ya estábamos en Estados Unidos…
No entré en la construcción. Me dediqué a mi empresa. Los fracasos me han
enseñado que no solo debemos tener buenos productos y una buena industria;
también, que hay que diversificar. Saldremos de esta. Tengo mucha fe en los
españoles. No somos tan malos. Somos un pueblo viejo y con mucha historia.
También un pueblo joven con mucho afán de superación.
Este año, Francisco Martínez Cosentino ha viajado dos semanas al mes. Una, a
Estados Unidos. Otra, a Europa. En los distintos países, se reúne con marmolis-
tas, arquitectos, diseñadores, vendedores. No dispone de mucho tiempo para sí
mismo y no oculta que es una persona sobria, austera. Le gusta disfrutar de un
habano de vez en cuando y se relaja mirando al mar desde su casa de Mojácar.
“Me gusta mucho pescar y leer.”
Un maestro en la Nba
