Los que dejan huella - 20 historias de éxito empresarial - page 184-185

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de servicios muchomás virtuales. En Ayesa estamos mezclando la tecnología in-
formática con la ingeniería, porque creo que el futuro está ahí.
Uno de los proyectos en los que estamos trabajando son las
smart cities
. En
esta iniciativa estamos colaborando con Endesa en un proyecto muy innovador
para gestionar la red eléctrica de las ciudades: utilizar y vender la energía que acu-
mula por la noche un coche eléctrico, del tal forma que lo que ese vehículo vaya a
consumir al día siguiente pueda salir gratis. Enfin, vamos a otromundo, ununiver-
somuchomás inteligente ymás tecnológico, al que nosotros queremos contribuir.
Ahora mismo tenemos un producto para la gestión del sector público, en el
área de justicia, en el que hemos invertido diez millones de euros. Queremos
ofrecerlo al gobierno central porque creemos que puede mejorar mucho la efi-
ciencia del sistema.
Actualmente la base informática del sistema jurídico español es notable-
mente mejorable. Hay 17 autonomías, cada una con una aplicación distinta,
donde el protagonista del programa informático es el juzgado, pero sin interco-
nexión entre ellas. Pueden estar juzgando a una persona en un sitio por robo, lo
sueltan y resulta que está procesado por asesinato en otro lugar.
Nosotros hemos desarrollado un sistema informático que funciona justo al
revés: el protagonista es el hombre, el ser humano, con su DNI, y ahí lleva alma-
cenados todos sus pleitos, toda su situación judicial, esté donde esté, pertenezca
al sitio que pertenezca, con una estrategia muy moderna de la gestión, donde
se puede interactuar en todos los procesos... Otra percepción completamente
distinta del mundo de la justicia.
Hay visiones muy novedosas del mundo que nosotros estamos intentando
escribir, preparando ese día de mañana que va a ser diferente.
A la hora de proyectar el futuro, todos deben participar. Nosotros somos
una organización que intenta ser amigable, donde todo el mundo tenga acceso
a todo el mundo. La puerta de mi despacho está usualmente abierta para cual-
quiera que necesite hablar conmigo. Llega la secretaria y pregunta: “¿Puedo ver
al jefe?”. “Ahora está reunido pero cuando termine, vienes y pasas”.
Después, está la comunicación permanente a través de los mensajes, el co-
rreo y los
smartphones.
El único problema que plantea es que la mayor parte de
los problemas se mensajean con copia a mí. Como Ayesa es una empresa donde
no se pone el sol, lo mismo te llega un mensaje a las cuatro de la mañana que a
las tres de la tarde, y da igual que sea domingo que sábado. Pero no importa esa
lluvia de preocupaciones, para eso uno es jefe.
En Ayesa, los ejecutivos mantenemos la filosofía de tener el corazón en la
familia pero dejar la cabeza en la empresa. Así pues, somos como una Gaia de
Asimov en la que todos estamos totalmente conectados.
Hace unos días se me ocurrió una idea y a los seis más próximos les pregun-
té: “¿Sabéis si esto existe?”. Y me fueron diciendo sobre la marcha: “Eso está
ya hecho… Eso está muy visto… No le des vueltas”, pero hubo uno que apuntó:
“Pues no, los americanos lo han hecho de otra forma. Ahí hay hueco de negocio”.
Y así vamos haciendo camino.
Tenemos un blog interno, que se puede ver en la página web y en la aplica-
ción de Ayesa para iPhone, donde escribimos los artículos de vanguardia tec-
nológica, y donde cualquier empleado nuestro puede publicar y documentar lo
que se le haya ocurrido y pueda ser interesante. Después se abre un proceso de
comunicación interna en el que todos dan su opinión y su punto de vista: “Pues
sí, pues no…” hasta que, de repente, uno dice: “Pues yo creo que esto es muy inte-
resante…”. “Oye, encárgate, prepara un plan de negocio y preséntalo”.
El que ha dicho que es muy interesante pierde un día de trabajo, lo prepara
y lo presenta: “Esto es lo que hacen los ingleses, esto los americanos, esto se
puede hacer así o asá, puede costar tanto, podemos invertir cuánto, etc.” Y llega
al comité directivo y allí se aprueba o no.
En Ayesa lo que buscamos es gente inteligente y rigurosa, pero también
avispada, porque el problema que tenemos los técnicos, como nos descuidemos,
es que somos muy pazguatos; nos centramos en nuestro plano y le dedicamos
40 horas… Y ese plano hay que venderlo, hay que convencer al cliente de que es
el adecuado, hay que ser un poco pícaro para ver lo que le gusta y darle la vuelta
al diseño hasta que sea lo que su destinatario quiere.
Cuidamos la ética. Yo creo mucho en la ética, creo que cuando tienes un com-
portamiento ético claro, el cliente confía. En este sector, afortunadamente enme-
nor escala que en otros, hay competidores que no la practican y actúan de forma
vergonzosa. Te critican ante un cliente, o incluso en público. Cuando te pones a
averiguar el origendel infundio, resulta que un competidor nuestro ha filtrado una
calumniaporquequería impedir quepudiéramos ganar unconcursodeterminado.
Nosotros no respondemos nunca a ese tipo de ataques, mueren por sí mis-
mos. Ni utilizamos esa estrategia deleznable. Sabe mucho mejor ganar un con-
trato cuando has sido el mejor que no utilizar malas artes… y encima perderlo.
Además de la ética, es importante que los profesionales sean gente aventu-
rera, comprometida con la empresa. En Ayesa tenemos hasta un himno, con
JOSÉ LUIS MANZANARES japón | AYESA
LA SUERTE HAY QUE SALIR A BUSCARLA
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