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con formación y desarrolló una gran tarea de modernización de los procesos
de fabricación y de la tecnología de la fábrica de cerveza. Mi abuelo dedicó su
vida a la cerveza y paulatinamente fue abandonando el resto de los negocios
creados por su padre, que había fallecido en 1936.
A partir de los años 40, la opción de concentrarse en el negocio cerve-
cero no solo era una decisión estratégica sino una necesidad: la escasez de
materias primas era brutal; las dificultades de fabricación, tremendas; el es-
cenario en España, muy difícil y complejo. Para salvar la empresa, mi abuelo
decidió concentrar todos sus esfuerzos y todos sus activos en el negocio cer-
vecero. Para lograrlo, ayudó mucho algo que ya había iniciado años antes: la
capacidad de autoabastecimiento de lúpulo. El lúpulo es una materia prima
fundamental. Mi bisabuelo, con el apoyo de mi abuelo, fue el introductor del
cultivo del lúpulo en España a principios de los años 20, cuando en la llama-
da granja agrícola experimental de La Coruña investigó con cepas de lúpulo
Golden traídas de Inglaterra.
El cultivo del lúpulo fue indispensable para poder garantizar la superviven-
cia de la empresa y estar en condiciones de producir cerveza, ya que en el año
40 era prácticamente imposible hacerse con lúpulo. La iniciativa de mi bisabue-
lo fue el embrión de la Sociedad Española del Fomento del Lúpulo, de la que
yo fui presidente cuatro años, coincidiendo con la presidencia de Cerveceros
de España. Fomento del Lúpulo atravesó una crisis muy profunda y práctica-
mente desapareció el cultivo del lúpulo en Galicia. En el centenario de Estrella
Galicia, uno de los proyectos que decidimos lanzar, a modo de homenaje y reco-
nocimiento a nuestro bisabuelo, fue recuperar la tradición del cultivo del lúpulo.
Decidimos elaborar una cerveza con lúpulo de Galicia. Nos pusimos de acuerdo
con la Xunta de Galicia y con la Consellería de Agricultura, y lo que iba a ser un
proyecto concreto para una cerveza concreta con la que celebrar nuestro cen-
tenario, se convirtió en una iniciativa para recuperar el lúpulo. Estamos muy
orgullosos de habernos aproximado así aún más a nuestra tierra y a nuestros
orígenes, no solo de forma emocional, tal y como hacemos habitualmente, sino
apoyando efectivamente el desarrollo del sector primario y agrario gallego, muy
conectado con nuestra tradición y con nuestro perfil cualitativo.
Si de algo presumimos es de ser muy exquisitos, muy autoexigentes y, qui-
zás por eso, tenemos una reconocida reputación como buenos cerveceros. Por
tanto, profundizar en la cadena de producción, reflexionar sobre la externa-
lización del abastecimiento de materias primas, del malteado de cerveza, del
lúpulo, nos está dando no solo una gran satisfacción desde el punto de vista
emocional sino que, estratégicamente, la posición de nuestra compañía se ha
visto reforzada por esa iniciativa. Lo que comenzó siendo un trayecto afec-
tivo acabó convirtiéndose en un esfuerzo y en una línea estratégica y táctica
que nos ha dado mucha más presencia. Somos percibidos y reconocidos como
grandes cerveceros, no solo con una larga tradición sino también con fuertes
raíces y un gran saber hacer. De hecho, es una de las bases de nuestra estrate-
gia. Es nuestra forma de trabajar y de interpretar nuestro negocio y nuestro
producto más importante: la cerveza. Esa es la filosofía que defendemos a ni-
vel nacional y no tanto el pretender ser alternativos a los grandes líderes del
sector. Este es un sector bastante concentrado: entre el tercero y el cuarto,
que somos nosotros, la diferencia de cuotas es brutal. Damm, la tercera cer-
vecera, tiene un 25% de cuota; nosotros estamos en un 3,5%. Es decir, el salto
es tremendo y, sin embargo, queremos llegar a ser considerados los líderes de
la alternativa en el sector.
No es solo una frase bonita. Trabajo aquí desde el año 90 y he pasado por
muchas etapas: empecé muy joven, con 26 años y, por lo tanto, viví desde el
inicio la “minicrisis” del 93… Aquello en nuestro caso nos sirvió para estrenar
cambios y avances en nuestra competitividad y prepararnos para lo que 15
años después fue la “gran crisis” que aún atravesamos con especial crudeza en
España. Empezamos un sosegado proceso de ampliación en productos, ser-
vicios y mercados, apostamos fuerte por la imagen de marca y comenzamos
actividades de innovación progresiva. Todo ello, unido a nuestro crecimien-
to principalmente orgánico, más lento pero sólido, y a la renuncia a invertir
en sectores o negocios que no respondiesen a nuestra cultura y
know how
, ha
hecho que hoy recorramos esta crisis con gran fortaleza aunque también con
cautela y preocupación. He tenido tiempo de ver muchas cosas: la tenden-
cia del sector cervecero hacia la gran concentración en España, la entrada de
las grandes multinacionales, la preocupación por el tamaño, las mega mar-
cas y las economías de escala… En apariencia, lo pequeño estaba condenado
a desaparecer poco a poco. Y es cierto que desaparecieron muchas empresas
pequeñas, pero nosotros mantuvimos una línea de trabajo alternativa y segui-
mos muy vivos.
Nuestra línea alternativa se basa en no hacer otra cosa y en creer en las
posibilidades de nuestro producto, en las características de nuestra cerveza y
en nuestra forma de hacer las cosas. No todo es seguir la estela de los demás.
José María Rivera trallero | Estrella Galicia
GALICIA TIENE UNA ESTRELLA GLOBAL
